lunes, 25 de abril de 2016

El bilingüismo favorece también la inteligencia social

Aquí os dejo una noticia que he visto y me ha parecído interesante. Espero que os guste.
 
El bilingüismo favorece también la inteligencia social.

Los últimos estudios confirman el beneficio cognitivo y para la salud que aporta hablar varias lenguas.

Ignacio Morgado Bernal
19 ABR 2016 - 13:42 CEST

A mis hijos Claudia y Pau, que hablan en catalán con su madre y en castellano con su padre.

En un artículo anterior de este mismo diario tuve ocasión de exponer diversas ventajas del multilingüismo que van más allá del incremento en las posibilidades de comunicación entre personas de distintos lugares y países. Comentamos entonces los descubrimientos y observaciones científicas que muestran que las personas bilingües tardan más que las monolingües en sufrir neurodegeneración y enfermedades mentales, y vimos como el multilingüismo se ha mostrado también capaz de favorecer la flexibilidad y las funciones ejecutivas del cerebro, es decir, las que nos permiten razonar, resolver problemas, planificar el futuro y tomar decisiones.

Desde entonces, la investigación del ramo ha seguido aportando nuevos datos, y aunque algunos de ellos han cuestionado el que toda la actividad ejecutiva del cerebro pueda beneficiarse de esa mayor fluidez que proporciona la práctica regular de diferentes lenguas, no han dejado de producirse nuevos hallazgos que apuntan todos en la dirección del beneficio cognitivo y para la salud que aporta el multilingüismo. Así, en los últimos años se ha confirmado el efecto del bilingüismo para retardar el deterioro mental en la vejez con independencia de la educación y de la condición de inmigrante de las personas, y se ha confirmado también que la práctica continuada de una segunda lengua, incluso cuando es aprendida tardíamente, preserva en los mayores la integridad de la sustancia blanca, es decir, los ramales y prolongaciones de las neuronas que permiten la comunicación entre diferentes partes del cerebro. Ya puede imaginar el lector lo importante que resulta el mantener esa comunicación para la mayoría de los procesos mentales.

Pero el hallazgo más sorprendente y quizá más relevante de estos últimos años tiene que ver con ventajas no estrictamente lingüísticas del multilingüismo. Un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago, encabezados por la psicóloga Katherine Kinzler, ha puesto de manifiesto que aunque el aprendizaje temprano de una lengua sea necesario para la adquisición de un lenguaje formal, puede no ser suficiente para garantizar el desarrollo de una forma eficaz de comunicación en el niño. La clave de una buena comunicación radica en que cada interlocutor sea capaz de situarse en la perspectiva de su oponente, lo que significa que para comprender la verdadera intención de quien habla uno debe ser capaz de situarse en la medida de lo posible en la perspectiva de quien habla, y es precisamente ese posicionamiento lo que los mencionados investigadores han demostrado que favorece también el multilingüismo.

Para ello hicieron un experimento con 72 niños de ambos sexos con edades comprendidas entre 4 y 6 años. Según la información proporcionada por sus padres, 24 de esos niños siempre habían hablado inglés y tenían poco contacto con niños que hablasen otras lenguas. Eran los considerados monolingües para el experimento. Los padres de otros 24 niños manifestaron que sus hijos aunque tenían el inglés como lengua primaria se relacionaban regular aunque no intensamente con niños que hablaban otras lenguas. Para el experimento fueron considerados como el grupo de niños con exposición a otras lenguas diferentes a la propia. Por fin, los padres de un tercer grupo de 24 niños manifestaron que sus hijos hablaban, entendían y practicaban regularmente dos lenguas, es decir, eran bilingües.

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