Buenas tardes a todos, libreteros. Os haré muestra de un artículo de opinión que he encontrado y me ha parecido interesante puesto que habla sobre la Lomce, nueva ley, y trata temas de interés sobre ella.
El neoespañol de la LOMCE
FRANCISCO GARCÍA PÉREZ
Una vez cumplidos los años
de cotización previstos por la ley, me jubilé de la Enseñanza Secundaria en las
aulas no por haberme cansado de explicar lengua castellana y literatura. Salí
zumbando porque me había cambiado la personalidad. En vez de profesor (lo que
me gustaba y gusta, lo que hizo ganar un par de oposiciones), me había
convertido en un burócrata, en una pieza de una administración ineficiente a
causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas. Cada semana
contaba el tiempo empleado en lo que antes se llamaba 'dar clase' y comprobaba
con espanto que se reducía más y más mientras aumentaba el relleno de memorias,
formularios, respuestas a circulares, elaboración de programaciones (didácticas
o docentes o de aula o de qué sé yo qué), escritura de actas y actas y actas de
reuniones y reuniones y reuniones?
Me había convertido, por mandato
de la autoridad competente, en un papeleador, en un papeleante, en alguien que
acarrea carpetas por su instituto, de una dependencia a otra y sin que nadie
les echase una ojeada, o que se dejaba las horas respondiendo email tras email,
a cual más pintoresco y desdichado, expelidos desde cualquier covachuela
administrativa y radicalmente inútiles. Porque si tanto afán hubiese valido
para mejorar la calidad de la enseñanza, para formar e informar, bien habría
estado. Pero, jornada a jornada, me veía sumido en ese marasmo absurdo
sabiéndolo inútil. Me veía obedeciendo las ocurrentes instrucciones del
ministro de turno, vertidas a través del consejero de turno, vigiladas por el
inspector de turno, el director, la CCP, el CE y la madre del cordero siglero.
Mientras tanto, los alumnos aguardaban en el pasillo a ver si les enseñaba a
hablar y a escribir en correcto español y les contagiaba el placer de la
lectura.
Desolado, dejé caer la tiza en
vertical y me fui a casa. Me fui con gasolina en el depósito, con fuerza y
arranque, con ánimo para seguir siendo profesor, pero no para continuar como
servil burócrata de cada nuevo lenguaje que el alto cargo de turno malcopiaba
del primer sistema educativo extranjero que le vendía cualquier asesor
majagranzas.
Pues bien, ahora llega la LOMCE
y, como era de esperar, trae aparejado un nuevo lenguaje, preñado de
mentecateces y majaderías lingüísticas que ocuparán el tiempo que los docentes
deberían emplear en la enseñanza en el aula. Un paso más hacia la destrucción
del noble arte de enseñar. La he leído y no doy crédito (como los bancos). Está
escrita, claro, en ese neoespañol papanatas y desquiciado que tanto parece
excitar a sus redactores, quienes quizá sublimen con él a saber qué turbios
tormentos subconscientes. Y un titán hay que ser para empaparse de esos nuevos
términos que, en definitiva, se refieren a la realidad de siempre, pero que
parecen cambiarlo todo para que nada cambie en verdad, salvo a peor: hacia más
fracaso escolar y más desesperación del profesorado.
Aunque el desglose de tanta
banalidad merezca acaso más artículos que el presente, hoy les traigo como
aperitivo unos cuantos términos 'lomceros', tomados de varias webs, como botón
de muestra del caos que se avecina. Veamos. ¿Qué es ahora un currículo? Ahí
va la definición: «La regulación de los elementos que determinan los procesos
de enseñanza y aprendizaje para cada una de las enseñanzas y etapas educativas».
¿Qué son las competencias?: «Las capacidades para aplicar de forma integrada
los contenidos». ¿Qué son los estándares de aprendizaje evaluables: «Las
especificaciones de los criterios de evaluación que permiten definir los
resultados de aprendizaje». Aunque, ojito: «Su diseño debe contribuir y
facilitar el diseño de pruebas estandarizadas y comparables». Me pregunto: ¿Qué
será una 'forma integrada' que, además, 'se aplica'? ¿Qué será una
'especificación' que 'permite definir'? ¿Qué será un 'diseño' que contribuye y
facilita un 'diseño' nada menos que de 'pruebas estandarizadas'? ¿En qué
vertedero mental han aprendido español estos pedagogos asesores políticos?
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